lunes, 11 de marzo de 2013

Evaluación de riesgo biológico

EVALUACIÓN DEL RIESGO BIOLÓGICO



En general no existe un método único para llevar a cabo una evaluación de riesgo biológico, existen diferentes estrategias, entre ellas está el uso de una matriz de priorización de riesgos, o la de llevar a cabo un análisis de riesgo de trabajo; o hacer un listado de los escenarios de problemas potenciales durante un procedimiento, una tarea o una actividad dentro del laboratorio. 


Independientemente de la estrategia elegida, el proceso de evaluación de riesgo biológico debe incluir los siguientes pasos:    
  1. Identificar los peligros asociados con un agente o material infeccioso.
  2. Identificar las actividades que podrían causar la exposición al agente o al material.
  3. Tener en cuenta las capacidades y la experiencia del personal de laboratorio.
  4. Evaluar y priorizar los riesgos (evaluar la probabilidad de que una exposición pudiera causar una infección adquirida en el laboratorio y la gravedad de las consecuencias si llegara a producirse una infección).
  5. Desarrollar, implementar y evaluar los controles para minimizar el riesgo de exposición. 
En una entrada previa incluí la Guía de evaluación de riesgos, como pueden ver, los pasos a seguir son los mismos; sin embrago, en el presente documento me refiero específicamente a la evaluación del riesgo biológico, es decir, al riesgo que implica trabajar con agentes infecciosos; por lo cual para hacer la evaluación de riesgo es importante tomar en cuenta los factores de interés de estos agentes: 
La patogenicidad del agente infeccioso o la sospecha de que puede ser infeccioso, está determinada por la incidencia y la gravedad de la enfermedad (es decir, una baja morbilidad contra una alta mortalidad, una enfermedad aguda contra una crónica). Cuanto más grave sea la enfermedad que potencialmente se pueda contraer, mayor será el riesgo. 
La ruta de transmisión, en el caso de los agentes recientemente aislados, es posible que no se haya establecido de manera definitiva (P. ejem. por vía aérea o por ingestión). Los agentes que pueden transmitirse por vía aérea son los que han originado la mayoría de las infecciones de laboratorio. Al planificar un trabajo o actividad con algún agente no caracterizado totalmente, y cuyo modo de transmisión no sea conocido, es aconsejable considerar la posibilidad de que se transmita por aerosol. Cuanto mayor sea el potencial, mayor será el riesgo.
La estabilidad del agente es una consideración que involucra no sólo la infección por aerosol (P. ejem. de bacterias que forman esporas), sino también la capacidad del agente para sobrevivir durante periodos largos en el ambiente. Se deben tener en consideración factores tales como la desecación, la exposición a la luz solar o a luz ultravioleta o la exposición a desinfectantes químicos.
La dosis infectiva del agente representa otro de los factores a considerar. La dosis infectiva mínima que origina la infección puede variar de una a miles de unidades. La naturaleza compleja de la interacción entre los microorganismos y el huésped representa un desafío significativo, aún para el más sano e inmune de los empleados del laboratorio. El estado inmunológico del personal de laboratorio está directamente relacionado a su susceptibilidad ante la enfermedad al trabajar con un agente infeccioso.
La concentración (número de organismos infecciosos por unidad de volumen) es importante en el proceso de evaluación de riesgo. Esto incluirá también considerar el “medio” que contenga al microorganismo (P. ejem. tejido sólido, sangre, esputo o un medio líquido, etc.) y la actividad a llevar a cabo en el laboratorio (P. ejem. el cultivo del agente, la sonicación o la centrifugación). También es importante el volumen del material concentrado que se está manipulando, generalmente, los factores de riesgo aumentan al aumentar el volumen de los microorganismos con mayor concentración.
El origen del material potencialmente infeccioso también representa un elemento crítico al determinar el riesgo. “Origen” puede referirse a la ubicación geográfica, al huésped o a la naturaleza de la fuente.
La disponibilidad de datos surgidos de estudios con animales, en ausencia de información de estudios en seres humanos, estos datos pueden proporcionar información de utilidad al evaluar el riesgo. La información relacionada con la patogenicidad, la infectividad y la ruta de transmisión en animales puede brindar ejemplos valiosos, aunque siempre se deben tomar precauciones al transpolar los datos de infectividad de una especie animal a otra especie.
Otros factores a tomar en cuenta durante la evaluación de riesgo:
Otro de los factores esenciales a ser considerados en la evaluación de riesgo es la disponibilidad de una vacuna eficaz o la intervención terapéutica. En algunos casos, la inmunización puede influir sobre el nivel de bioseguridad en el que se trabaja (por ejemplo, un virus que se manipula en un nivel de bioseguridad 4, se puede manipular en un nivel de bioseguridad 3 por personal inmunizado).
La supervisión médica garantiza que las medidas de seguridad que se han tomado realmente produzcan los resultados de salud esperados.
  
La determinación del riesgo también debe incluir una evaluación de la experiencia y del nivel de capacitación del personal que se encuentra expuesto, incluyendo al personal que trabaja en el laboratorio, al personal de mantenimiento, al personal de limpieza y en su caso al personal encargado del cuidado de los animales. Es necesario planificar la capacitación adicional y periódica para garantizar la seguridad de las personas en cada uno de los niveles de bioseguridad.

viernes, 8 de marzo de 2013

Consejos de bioseguridad: Cómo evaluar el riesgo con agentes infecciosos desconocidos

Cómo evaluar el riesgo con agentes infecciosos desconocidos.


En ocasiones el laboratorio de salud pública se topa con material que contiene agentes infecciosos desconocidos. Con la información limitada de la que se dispone, el reto consiste en establecer el nivel de bioseguridad más apropiado para su manipulación. Generalmente estos materiales son muestras clínicas de algún brote y para determinar el riesgo al que nos enfrentamos se recomienda hacer las siguientes preguntas:

¿Por qué se sospecha la presencia de un agente infeccioso?
¿Con qué datos epidemiológicos se cuenta?
¿En qué ruta de transmisión se piensa?
¿Cuál es la tasa de morbilidad o de mortalidad asociada con el agente?
¿Qué datos médicos están disponibles? 

Con las respuestas a estas preguntas se puede obtener la información que nos ayudará a identificar al agente patógeno o al menos al agente más se parecido, del cual se tenga información disponible para determinar el nivel de bioseguridad.

Extractos de artículos de bioseguridad

El tamaño de las partículas de aerosoles en la transmisión de patógenos: una revisión.

En este artículo de revisión de 2010, Gralton* y colaboradores recopilaron la información de 26 estudios en los que el tema fue el tamaño de las partículas de aerosol generadas al respirar, toser, estornudar y/o hablar. De aquí se concluyó que los individuos sanos generan partículas de aerosol y gotas que van desde 0.01 µm y hasta 500 μm; y las personas con infecciones respiratorias producen aerosoles y gotas con un tamaño entre 0.05 µm y 500 μm. El tamaño de la partícula es un parámetro importante para la transmisión de enfermedades infecciosas de las vías respiratorias, las gotitas de un tamaño mayor a 100 μm se depositan rápidamente en el suelo, generalmente a una distancia de 1 metro desde su origen, lo que puede contribuir a la transmisión de infecciones por fomites. Al contrario de las gotas, las partículas de aerosol permanecen suspendidas en el aire por períodos más largos y pueden exponer a un mayor número de personas a posibles infecciones. Las partículas menores a 10 micras tienen las implicaciones más graves para la salud humana ya que pueden llegar a las vías respiratorias inferiores y provocar enfermedades que podrían poner en peligro la vida.
De ahí la importancia de la limpieza y descontaminacion diaria de las mesas y otras superficies del laboratorio, del uso correcto del equipo generador de aerosoles, del uso de equipo de protección personal adecuado durante las actividades con microorganismos patógenos¡¡¡Y por supuesto el uso de este EPP exclusivamente en el interior del laboratorio!!!
*Gralton, J., Tovey, E., McLaws, M. L., & Rawlinson, W. D. (2010). The role of particle size in aerosolised pathogen transmission: A review. Journal of Infection, 62, 1-13.

Consejos de bioseguridad: Cuándo cambiar el filtro HEPA en el gabinete de bioseguridad

Cuándo cambiar el filtro HEPA en el gabinete de bioseguridad.



Si el gabinete de bioseguridad pasa cada año las pruebas de NSF, quiere decir que no existe ningún problema y por lo tanto el filtro HEPA no debe ser reemplazado. Cualquier daño a las juntas se reconocería durante la prueba y en caso de encontrarse, esto constituye una razón para cambiar el filtro. Los filtros realmente funcionan mejor con el tiempo. Se han observado gabinetes de bioseguridad en funcionamiento continuo por más de 10 años sin problemas. El secreto: mantener el laboratorio limpio y contar con un programa de revisión anual de los gabinetes de bioseguridad.

Guía de evaluación de riesgos

Una evaluación del riesgo es un examen cuidadoso de todo aquello que pudiera ocasionar daño a las personas en su área laboral. Con ello podemos saber si se han tomado las suficientes precauciones para evitar daños al personal o si se debe hacer algo más. Tanto los trabajadores como otras personas en el centro de trabajo, ya sea visitantes, estudiantes, proveedores, etc. tienen el derecho a estar protegidos contra daños que les pudieran causar los peligros presentes por no tomarse las medidas de control razonables. la Secrataría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en nuestro país prevee estos temas en su normatividad. 

Es de todos sabido que los accidentes y las enfermedades pueden arruinar vidas y afectar al centro de trabajo, por ello, es importante evaluar los riesgos, con el fin de implementar un plan para controlarlos.
Para evaluar los riesgos en el lugar de trabajo, podemos seguir los siguientes pasos:
  • Paso 1. Identificar los peligros.
  • Paso 2 . Decidir quién podría sufrir un daño y cómo podría suceder.
  • Paso 3. Valorar los peligros y sus riesgos y decidir las medidas a tomar para mitigarlos o eliminarlos, si es posible.
  • Paso 4. Registrar las conclusiones y aplicar las medidas.
  • Paso 5. Revisar la evaluación periódicamente y actualizarla; y si es el caso, cambiar las medidas.
Es importante no complicar el proceso, la mayoría de las veces los riesgos son bien conocidos y las medidas de control necesarias son fáciles de aplicar. Probablemente ustedes saben, por ejemplo, que si tienen empleados que trabajan con muestras de origen respiratorio, podrían exponerse a los agentes patógenos y contagiarse; o si tienen empleados que mueven cargas pesadas, podrían dañar sus espaldas, etc. Si es así, debe comprobar que ya se han tomado las precauciones razonables para evitar daños, enfermedad o lesiones.

Al realizar la evaluación de riesgos, es importante recordar que:
Un peligro es cualquier cosa que pueda causar daños, esto incluye a agentes infecciosos, productos químicos, electricidad, el trabajar con escaleras, un cajón abierto, un piso resbaloso, etc; el riesgo es la posibilidad (alta, media o baja) de que alguien pueda sufrir un daño por éstos y/u otros peligros, junto con una indicación de qué tan grave podría ser el daño (consecuencias).

Paso 1. Identificar los peligros.
Primero debe averiguar de qué forma se podrían perjudicar las personas. Cuando se trabaja en un lugar por mucho tiempo y de forma rutinaria, es fácil pasar por alto algunos peligros, así es que estos son algunos consejos que ayudarán a identificar los más importantes: 
  • Camine por su centro de trabajo y observe lo que  usted esperaría, razonablemente, que pudiera causar algún daño.
  • Pregunte al personal lo que piensa, alguien puede haber notado cosas que para usted no son inmediatamente obvias. La Comisión de Higiene y Seguridad del laboratorio seguramente tiene este tipo de  información, comparta opiniones con este Comité.
  • Revise las instrucciones de los fabricantes de los equipos o las hojas de seguridad de los productos químicos y las hojas de seguridad biológica de los microorganismos, ya que pueden ser muy útiles para explicar con detalle los peligros y así ponerlos en su verdadera perspectiva.
  • Revise sus registros de accidentes y registros de enfermedades de los empleados, en caso de contar con ellos, generalmente éstos ayudan a identificar los peligros menos obvios. Si no cuenta con estos registros es el momento de iniciarlos.
  • No olvide los riesgos para la salud a largo plazo (exposición a ciertos agentes patógenos, exposición a sustancias nocivas, a niveles altos de ruido, etc.), así como los riesgos de seguridad. 
Paso 2. Decidir quién podría sufrir un daño y cómo podría suceder.
Para cada peligro debe estar claro quiénes o qué podrían sufrir el daño; esto ayudará a identificar la mejor manera de manejar el riesgo. Eso no significa hacer una lista de todos los trabajadores por su nombre, sino más bien identificar grupos de personas (por ejemplo “personas trabajando en laboratorio X” o “visitantes”, etc.).
Para cada caso, identificar cómo podrían perjudicarse estas personas, es decir qué tipo de lesiones o enfermedad les podría ocurrir. Por ejemplo, “el personal del laboratorio de Brucella está expuesto al agente por la producción de aerosoles durante la manipulación de muestras” o “los encargados del almacén pueden exponerse a sufrir lesiones en la espalda al levantar cajas de forma repetida”. Además se debe tener en cuenta lo siguiente:
algunos trabajadores tienen requerimientos particulares, por ejemplo los trabajadores nuevos y los jóvenes, las mujeres embarazadas, los trabajadores en situación de inmunosupresión y las personas con discapacidad, todas ellas pueden estar en un riesgo particular. Por ello, será necesario pensar e identificar ciertos peligros específicos para ellos; el personal de intendencia, los visitantes, los contratistas, los trabajadores de mantenimiento etc., generalmente no están en el laboratorio todo el tiempo; en algún momento, los miembros de la comunidad (alrededores), podrían sufrir algún daño por las actividades de la institución, descargas al drenaje, liberación accidental de sustancias químicas o de agentes biológicos, etc.; si se comparte el área de trabajo, pensar si la forma de trabajar de los compañeros o la de uno mismo afecta a otras personas presentes y al personal en general – hablar con ellos; y preguntar al personal si sabe de alguien con cierta condición que pudiera no haberse tomado en cuenta al hacer la evaluación.

Paso 3. Valorar los peligros y sus riesgos y decidir las medidas a tomar para mitigarlos o eliminarlos, si es posible.
Una vez identificados los peligros y sus riesgos, entonces se tiene que decidir qué hacer con ellos. La normatividad laboral en nuestro país requiere que se haga todo lo “razonablemente posible” para proteger a las personas de los daños en el centro laboral. La forma más fácil de hacerlo es comparar entre las buenas prácticas, como estándar de oro, y lo que se está haciendo actualmente en el laboratorio. Primero, se debe revisar lo que ya se está haciendo, pensar qué controles se han implementado y cómo se ha organizado el trabajo. Luego se deberá comparar esto con las buenas prácticas y revisar si hay algo más que se debería estar haciendo, de esta forma ustedes mismos pueden generar su propio estándar. Para esto consideren hacerse las siguientes preguntas:
¿Puedo deshacerme del peligro por completo? P. ejem. usar sólo material de plástico en lugar de material de vidrio durante las actividades de laboratorio.
Si no, ¿cómo puedo controlar los riesgos para que el daño sea poco probable o improbable? P. ejem. disminuir la cantidad de material de vidrio a utilizar en las actividades de laboratorio.

Una vez que se han controlado los riesgos, se pueden aplicar los siguientes principios, si es posible en el mismo orden:
  • Probar una opción de menor riesgo (por ejemplo utilizar sustancias químicas menos peligrosos durante los procesos) para eliminar el peligro;
  • Evitar el acceso a los peligros (por ejemplo aumentar la seguridad en la entrada o delimitar áreas de acceso);
  • Organizar el trabajo para reducir la exposición al peligro (P. ejem. colocar barreras entre trabajadores y agente patógeno – uso de gabinetes de bioseguridad);
  • Usar equipo de protección personal adecuado (P. ejem. ropa, calzado, gafas, gogles, etc.); y
  • Proporcionar bienestar al personal (P. ejem. primeros auxilios e instalaciones de lavado para la eliminación de la contaminación).
Para mejorar la salud y la seguridad no se necesita gastar mucho. Por ejemplo, almacenar las sustancias químicas de acuerdo a su clasificación evitará incidentes; o colocar un espejo en una esquina ciega peligrosa, para ayudar a prevenir accidentes de vehículos es una precaución de bajo costo teniendo en cuenta los riesgos. Si no se toman precauciones simples, el costo puede ser mucho mayor en caso de que suceda un accidente. Esto se puede implementar en todas las actividades de la vida, inclusive es útil en el hogar.
En el proceso de evaluación de riesgos se debe involucrar al personal, de tal forma que esto les asegure que lo propuesto funcionará en la práctica y no introducirá ningún nuevo peligro.

Paso 4. Registrar las conclusiones y aplicar las medidas.
Poner en práctica los resultados de la evaluación del riesgo hará la diferencia en el cuidado de las personas y del centro de trabajo.
Anotar los resultados de la evaluación del riesgo y compartirlos con el personal, anima a continuar con otras evaluaciones y con la implementación de medidas. Es útil escribirlo para que se pueda revisar en una fecha posterior en caso de que algo cambie.
Al escribir los resultados, hacerlo de forma simple, por ejemplo “tropezar con basura: contenedores proporcionados, personal instruido, revisar limpieza semanal”, o “generación de aerosoles infecciosos: utilizar gabinete de bioseguridad regularmente”.

Paso 5. Revisar la evaluación periódicamente y actualizarla, cambiar las medidas si es necesario.

Programar una evaluación de los riesgos en el área de trabajo al menos una vez al año siguiendo los pasos mencionados.