jueves, 30 de mayo de 2013

Agentes patógenos emergentes: (MERS-CoV)

Infección por un nuevo coronavirus: MERS-CoV (coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio)


El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio o MERS-CoV es un beta coronavirus. Fue reportado por primera vez en 2012, en Arabia Saudita. El MERS-CoV inicialmente llamado "nuevo coronavirus" o "nCoV", es diferente de otros coronavirus encontrados previamente en los seres humanos incluyendo al SARS-CoV. De septiembre de 2012 hasta el 29 de agosto de 2013, la OMS ha sido informada de un total mundial de 104 casos de infección por MERS-CoV confirmados por pruebas de laboratorio, 49 de ellos mortales.

La mayoría de la gente infectada con MERS-CoV ha desarrollado enfermedad respiratoria aguda severa con síntomas de fiebre, tos y dificultad para respirar. Estos síntomas son graves y pueden producir neumonía, falla renal y finalmente la muerte. Aunque también se ha informado que algunas personas tuvieron enfermedad respiratoria leve.
Se tienen casos confirmados por laboratorio en los siguientes países de Oriente Medio: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Qatar. En Alemania, Francia, Reino Unido y Túnez también se han notificado casos confirmados, que fueron trasladados a esos países para recibir atención por la enfermedad o bien la presentaron después de haber vuelto de viajes a Oriente Medio. En Francia, Reino Unido y Túnez ha habido transmisión local limitada a personas que no han estado en Oriente Medio, pero sí han tenido contacto con casos confirmados o probables.
Dadas la situación actual y la información disponible, la OMS alienta a todos sus Estados Miembros a que mantengan la vigilancia de las infecciones respiratorias agudas graves y examinen cuidadosamente todos los casos poco comunes.
Se advierte a los profesionales de la salud, sobre las personas que hayan viajado recientemente a Oriente Medio y presenten infección respiratoria aguda deben ser sometidos a pruebas de detección de MERS-CoV, de conformidad con las actuales recomendaciones para la vigilancia. Para establecer el diagnóstico se recomienda obtener muestras de las vías respiratorias inferiores siempre que sea posible, y se recuerda a los clínicos que incluso en pacientes con signos y síntomas atípicos, como diarrea, hay que tener en cuenta una posible infección por nCoV, sobre todo si se trata de pacientes inmunodeprimidos.
Se recuerda la importancia de aplicar de forma sistemática las medidas de prevención y control de infecciones en los centros hospitalarios. Los centros que atiendan a casos sospechosos o confirmados de infección por MERS-CoV, deben tomar medidas apropiadas para reducir el riesgo de transmisión del virus a otros pacientes, a los profesionales sanitarios y a los visitantes.
La OMS les recuerda a los Estados Miembros la necesidad de evaluar y notificar rápidamente todo nuevo caso de infección por MERS-CoV (a través de su Punto Nacional de Enlace para el RSI), y de proporcionar información sobre las posibles exposiciones que hayan dado lugar a la infección, así como una descripción del curso clínico. Asimismo, se debe iniciar rápidamente una identificación de la fuente de exposición para determinar cómo se lleva a cabo, de tal forma que se pueda evitar que continúe la transmisión.
La OMS no recomienda la realización de exámenes especiales en los puntos de entrada ni la aplicación de restricciones a los viajes ni al comercio en relación con este evento.
La OMS sigue de cerca la evolución de la situación y con fines de uniformar y facilitar la comunicación sobre la enfermedad, el Grupo de Estudio de los Coronavirus del Comité Internacional de Taxonomía de los Virus ha decidido dar al nuevo virus el nombre de coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV, por su sigla en inglés).
Dada la posible vía respiratoria de transmisión de esta nueva enfermedad, y el poco conocimiento que aún se tiene sobre ésta y sobre el mismo virus, es importante extremar las precauciones y medidas de bioseguridad para su manejo, ya sea durante la atención a pacientes, la toma de las muestras y su transporte, así como en la manipulación de muestras para el diagnóstico de laboratorio. El MERS-CoV se clasifica como un patógeno humano del grupo de riesgo 3, dado que este virus puede causar enfermedades graves en los seres humanos, pero el riesgo de salud pública es bajo ya que la propagación del virus en la comunidad parece ser baja. Se requiere un nivel de bioseguridad 3 para todo trabajo proliferativo (in vitro o in vivo), y las actividades no proliferativas de diagnóstico pueden realizarse en el nivel de bioseguridad 2 con el uso de prácticas operativas respiratorias adicionales.

Para mayor información puedes consultar:




jueves, 18 de abril de 2013

¿Sabías que...?

Estamos cerca de la erradicación de la polio


Desde el lanzamiento de la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis a nivel mundial el número de casos ha disminuido en más de un 99%. En 2012, la poliomielitis sigue siendo endémica sólo en tres países, con tres regiones identificadas como las actuales fuentes persistentes de transmisión de la enfermedad: en el norte de Nigeria y en la frontera entre Afganistán y Pakistán.

En la Asamblea Mundial de la Salud en la resolución WHA65.5 de mayo de 2012, en la que se declaró que lograr la erradicación del poliovirus constituía una emergencia programática de alcance mundial para la salud pública. De ahí se originó la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI por sus siglas en inglés), cuyos miembros están desarrollando actualmente un Plan estratégico para la erradicación y fin de la polio en el periodo de 2013 a 2018. En noviembre de 2012, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE por sus siglas en inglés) respaldó los objetivos principales del Plan y sus hitos asociados.

El pasado 11 de abril de 2013, científicos y expertos técnicos procedentes de 80 países lanzaron la Declaración Científica de Erradicación de la Poliomielitis. En este momento histórico, los científicos se han unido para destacar la posibilidad de eliminar la polio y aprobar el Plan Estratégico para la Erradicación y Fin de la Poliomielitis, mediante una nueva estrategia. De lograrlo sería la segunda enfermedad humana erradicada globalmente, la primera fue la viruela en los años 1970's.

En los países del continente americano (Región de las Américas de la OMS - 36 países) se certificó la inexistencia de poliomielitis desde 1994.

Esta circunstancia tan especial hace aumentar las medidas de bioseguridad y bioscustodia en los laboratorios en los que aún se llegara a conservar alguna cepa de poliovirus.




Para más información sobre la declaración visita: http://vaccines.emory.edu/poliodeclaration/

lunes, 8 de abril de 2013

¿Cómo implemento un sistema de gestión de riesgo biológico en mi laboratorio? 



Esa es una pregunta que invariablemente se repite en diferentes foros; y sólo quien hace la pregunta sabe cómo contestarla.
Lo que encontramos en esta situación es a una persona  con temor a implementar  algo que desconoce (algo normal en toda situación nueva); sin embargo, en la mayoría de los laboratorios de salud pública de México ya se cuenta con un sistema de gestión de calidad. Así es que seguro ya se sabe cómo establecer este tipo de sistemas, y si no es así, lo mejor es unir esfuerzos con la persona que está a cargo del sistema de gestión de calidad en las instalaciones del laboratorio. Lo importante es incluir la gestión del riesgo biológico en ese mismo sistema, no tendremos dos sistemas, sino uno solo bien coordinado. 
El saber lo que hacen otras instituciones nos  ayuda a darnos una idea y a sentirnos más cómodos con lo que tenemos que planear para nuestras instalaciones, pero lo que han hecho otros no es una verdad absoluta que resuelva los problemas específicos de todos los laboratorios, por eso la afirmación al principio de este texto: “sólo quien hace la pregunta sabe cómo contestarla”. Cada laboratorio es distinto y tiene diferentes problemas relacionados a sus instalaciones, es decir son únicos. Lo importante es escuchar consejos de personas que ya han tenido la experiencia y beneficiarse de ello, pero siempre adecuando estos consejos a situaciones concretas de cada uno de nuestros laboratorios.  Esto también aplica al contenido de este blog, toda información es útil, pero es preciso saber cómo aplicarla en diferentes situaciones propias y únicas de nuestras instalaciones.
El conocimiento nos proporciona confianza y como dicen por ahí "la confianza es el impulso más grande para que una persona siga adelante, que esté convencida de que caer y levantarse  es ganar terreno, y no fracasar". Así es que tendremos algunos errores al establecer nuestro propio sistema de gestión de riesgo biológico, pero lo importante es comenzar informándonos,  por supuesto es importante conocer nuestro laboratorio y hacer las evaluaciones de riesgo respectivas; además de coordinarnos  con el responsable de gestión de calidad. Lo bueno es que, como en todo sistema de gestión, se nos permite implementar acciones para mitigar los riesgos, evaluar estas acciones para conocer su impacto y corregir en caso de que sea necesario. Claro está que una vez evaluando los riesgos de nuestro entorno de trabajo debemos definir el “riesgo aceptable”, trabajar en base a esto. El reto es que en cada ronda del ciclo podamos mitigar mayor número de riesgos y si es posible, eliminarlos.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Sabías que...?

Las siglas CABT son el acrónimo de la Convención para la prohibición de las Armas Bacteriológicas y Toxínicas.


El nombre completo es “Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción”. La Convención fue firmada el 10 de abril de 1972 y entró en vigor el 26 de marzo de 1975. Actualmente cuenta con 165 Estados Partes, entre los que se encuentra México. La CABT se revisa cada 5 años y cuenta con un Secretariado que se encuentra en la sede de la ONU en Ginebra, Suiza. Los objetivos de esta Convención son:
  • Lograr progresos efectivos para un desarme general y completo que incluya prohibir el desarrollo, la producción, el almacenamiento y la adquisición de armas bacteriológicas (biológicas); y
  • Mediante la adopción de medidas eficaces prohibir y prevenir el uso de armas biológicas.

¿Sabías que...?

Ya contamos con la nueva NOM-017-SSA2-2012, para la vigilancia epidemiológica.

Esta Norma Oficial Mexicana finalmente sustituye a la ya obsoleta NOM-017-SSA2-1994, para la vigilancia epidemiológica; se publicó el 19 de febrero de 2013 en el Diario Oficial de la Federación.

En la NOM se establecen los criterios, especificaciones y directrices de operación del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), el cual es liderado por la Secretaría de Salud (SSA), específicamente por la Dirección General de Epidemiología, para la recolección sistemática, continua, oportuna y confiable de información relevante y necesaria sobre las condiciones de salud de la población y sus determinantes. El análisis e interpretación de esta información, así como las acciones de capacitación e investigación sobre vigilancia epidemiológica que se describen en esta Norma sirven de base para establecer las políticas y programas de salud pública en México. Es de observancia obligatoria en todo el territorio nacional y su ejecución involucra a los sectores público, social y privado que integran el Sistema Nacional de Salud y que participan en el SINAVE.
La NOM indica como objeto de la vigilancia epidemiológica a las siguientes enfermedades: las transmisibles, las no transmisibles, las emergentes y reemergentes y las neoplasias malignas, además de las que emita el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE) y apruebe el Consejo de Salubridad General. Siendo el médico, o personal de salud que diagnóstica el caso, el responsable de realizar la notificación a la autoridad de salud correspondiente. En esta NOM ya se incluye la identificación y notificación de un evento extraordinario que, de conformidad con el actual Reglamento Sanitario Internacional-2005, se ha determinado que constituye un riesgo para la salud pública de otros países a causa de la propagación internacional de una enfermedad y podría exigir una respuesta internacional coordinada, como fue el caso de la pandemia de influenza en 2009.

Conforme a esta NOM los componentes de la vigilancia epidemiológica son: vigilancia de la morbilidad, vigilancia de la mortalidad, vigilancia especial, vigilancia de emergencias en salud pública,  vigilancia internacional y vigilancia de la morbilidad. Por supuesto, todos ellos apoyados en el indispensable diagnóstico de laboratorio, en el cual deber hacerse énfasis el trabajo de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública (RNLSP) bajo la dirección del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, referido en la NOM como el Laboratorio Nacional de Referencia. En la NOM se establece que el InDRE, como autoridad sanitaria, emite las políticas, criterios y procedimientos para la operación de la RNLSP definidos en el documento Criterios de Operación para la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública e indica que para garantizar la bioseguridad del personal, la custodia de materiales biológicos valiosos y el cuidado del ambiente, los laboratorios miembros de la RNLSP deben establecer un sistema de gestión del riesgo biológico.
La Norma entró en vigor el día posterior a su publicación y la vigilancia en su cumplimiento corresponderá a la Dirección General de Epidemiología como representante de la Secretaría de Salud (SSA) y a los gobiernos de las entidades federativas en sus respectivos ámbitos de competencia.

Puedes consultar la NOM-017-SSA2-2012 completa en: http://www.epidemiologia.salud.gob.mx/doctos/infoepid/vig_epid_manuales/00_NOM-017-SSA2-2012_para_vig_epidemiologica.pdf

lunes, 11 de marzo de 2013

Evaluación de riesgo biológico

EVALUACIÓN DEL RIESGO BIOLÓGICO



En general no existe un método único para llevar a cabo una evaluación de riesgo biológico, existen diferentes estrategias, entre ellas está el uso de una matriz de priorización de riesgos, o la de llevar a cabo un análisis de riesgo de trabajo; o hacer un listado de los escenarios de problemas potenciales durante un procedimiento, una tarea o una actividad dentro del laboratorio. 


Independientemente de la estrategia elegida, el proceso de evaluación de riesgo biológico debe incluir los siguientes pasos:    
  1. Identificar los peligros asociados con un agente o material infeccioso.
  2. Identificar las actividades que podrían causar la exposición al agente o al material.
  3. Tener en cuenta las capacidades y la experiencia del personal de laboratorio.
  4. Evaluar y priorizar los riesgos (evaluar la probabilidad de que una exposición pudiera causar una infección adquirida en el laboratorio y la gravedad de las consecuencias si llegara a producirse una infección).
  5. Desarrollar, implementar y evaluar los controles para minimizar el riesgo de exposición. 
En una entrada previa incluí la Guía de evaluación de riesgos, como pueden ver, los pasos a seguir son los mismos; sin embrago, en el presente documento me refiero específicamente a la evaluación del riesgo biológico, es decir, al riesgo que implica trabajar con agentes infecciosos; por lo cual para hacer la evaluación de riesgo es importante tomar en cuenta los factores de interés de estos agentes: 
La patogenicidad del agente infeccioso o la sospecha de que puede ser infeccioso, está determinada por la incidencia y la gravedad de la enfermedad (es decir, una baja morbilidad contra una alta mortalidad, una enfermedad aguda contra una crónica). Cuanto más grave sea la enfermedad que potencialmente se pueda contraer, mayor será el riesgo. 
La ruta de transmisión, en el caso de los agentes recientemente aislados, es posible que no se haya establecido de manera definitiva (P. ejem. por vía aérea o por ingestión). Los agentes que pueden transmitirse por vía aérea son los que han originado la mayoría de las infecciones de laboratorio. Al planificar un trabajo o actividad con algún agente no caracterizado totalmente, y cuyo modo de transmisión no sea conocido, es aconsejable considerar la posibilidad de que se transmita por aerosol. Cuanto mayor sea el potencial, mayor será el riesgo.
La estabilidad del agente es una consideración que involucra no sólo la infección por aerosol (P. ejem. de bacterias que forman esporas), sino también la capacidad del agente para sobrevivir durante periodos largos en el ambiente. Se deben tener en consideración factores tales como la desecación, la exposición a la luz solar o a luz ultravioleta o la exposición a desinfectantes químicos.
La dosis infectiva del agente representa otro de los factores a considerar. La dosis infectiva mínima que origina la infección puede variar de una a miles de unidades. La naturaleza compleja de la interacción entre los microorganismos y el huésped representa un desafío significativo, aún para el más sano e inmune de los empleados del laboratorio. El estado inmunológico del personal de laboratorio está directamente relacionado a su susceptibilidad ante la enfermedad al trabajar con un agente infeccioso.
La concentración (número de organismos infecciosos por unidad de volumen) es importante en el proceso de evaluación de riesgo. Esto incluirá también considerar el “medio” que contenga al microorganismo (P. ejem. tejido sólido, sangre, esputo o un medio líquido, etc.) y la actividad a llevar a cabo en el laboratorio (P. ejem. el cultivo del agente, la sonicación o la centrifugación). También es importante el volumen del material concentrado que se está manipulando, generalmente, los factores de riesgo aumentan al aumentar el volumen de los microorganismos con mayor concentración.
El origen del material potencialmente infeccioso también representa un elemento crítico al determinar el riesgo. “Origen” puede referirse a la ubicación geográfica, al huésped o a la naturaleza de la fuente.
La disponibilidad de datos surgidos de estudios con animales, en ausencia de información de estudios en seres humanos, estos datos pueden proporcionar información de utilidad al evaluar el riesgo. La información relacionada con la patogenicidad, la infectividad y la ruta de transmisión en animales puede brindar ejemplos valiosos, aunque siempre se deben tomar precauciones al transpolar los datos de infectividad de una especie animal a otra especie.
Otros factores a tomar en cuenta durante la evaluación de riesgo:
Otro de los factores esenciales a ser considerados en la evaluación de riesgo es la disponibilidad de una vacuna eficaz o la intervención terapéutica. En algunos casos, la inmunización puede influir sobre el nivel de bioseguridad en el que se trabaja (por ejemplo, un virus que se manipula en un nivel de bioseguridad 4, se puede manipular en un nivel de bioseguridad 3 por personal inmunizado).
La supervisión médica garantiza que las medidas de seguridad que se han tomado realmente produzcan los resultados de salud esperados.
  
La determinación del riesgo también debe incluir una evaluación de la experiencia y del nivel de capacitación del personal que se encuentra expuesto, incluyendo al personal que trabaja en el laboratorio, al personal de mantenimiento, al personal de limpieza y en su caso al personal encargado del cuidado de los animales. Es necesario planificar la capacitación adicional y periódica para garantizar la seguridad de las personas en cada uno de los niveles de bioseguridad.

viernes, 8 de marzo de 2013

Consejos de bioseguridad: Cómo evaluar el riesgo con agentes infecciosos desconocidos

Cómo evaluar el riesgo con agentes infecciosos desconocidos.


En ocasiones el laboratorio de salud pública se topa con material que contiene agentes infecciosos desconocidos. Con la información limitada de la que se dispone, el reto consiste en establecer el nivel de bioseguridad más apropiado para su manipulación. Generalmente estos materiales son muestras clínicas de algún brote y para determinar el riesgo al que nos enfrentamos se recomienda hacer las siguientes preguntas:

¿Por qué se sospecha la presencia de un agente infeccioso?
¿Con qué datos epidemiológicos se cuenta?
¿En qué ruta de transmisión se piensa?
¿Cuál es la tasa de morbilidad o de mortalidad asociada con el agente?
¿Qué datos médicos están disponibles? 

Con las respuestas a estas preguntas se puede obtener la información que nos ayudará a identificar al agente patógeno o al menos al agente más se parecido, del cual se tenga información disponible para determinar el nivel de bioseguridad.